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otros los ricos no podréis entrar en el Cielo si no sois llevados en brazos de los po– bres.~ (San Antonio.) San Antonio fue siempre el amigo de los pobres. Jamás sus numerosas ocupacio- -,. nes le impidieron ejercer la caridad. Ha– cía sus milagros preferentemente en favor de los pobres y desamparados. Pedía limos– na personalmente para ellos. Lograba la devolución de los bienes mal adquiridos por la usura; y, sobre todo, intercedía por los desgraciados que yacían en la cárcel por no poder pagar sus deudas. Consiguió un documento del gobernador de la ciudad de Padua, prohibiendo que se encarcelase a los deudores que hubiesen entregado cuanto poseían. Después de su muerte si– gue protegiendo, con las piadosas institu– ciones que inspira esta necesidad social de todos los tiempos. No escatimemos nuestra ayuda a San Antonio en este su apostolado póstumo. DIA OCTAVO REFLEXION «Si vivís de pensamiento de las verda– des de la fe, ésta brillará en vuestras obras. El bien, que la meditación os hará entrever, brillará exteriormente en la pu- - 50-