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Qué penetrado se hallaba San Antonio de la excelencia de su Rey, Cristo; y de lo digno que es de ser servido. En diez años de religión, sus actividades en servicio de Cristo Rey se multiplicaron de un modo m:¡J:avilloso. Enseñó Teología en Bolonia, Tolosa, Montpellier y Padua; recorrió ha– ciendo apostolado toda Italia y el sur de Francia; combatió todos los vicios y here– jías, escribió varios volúmenes, intervino en la política en favor de las clases pobres, fue Provincial de la Orden y Guardián de varios cpnventos y asistió a dos Capítulos Generales, siendo el alma de uno de ellos. Y entre tantas actividades no se cuenta una sola que no estuviese dirigida al ma– yor servicio de Dios. ¿ Tendremos que decir nosotros que en– tre todas nuestras actividades no hay una que no esté dirigida a nuestro bienestar y provecho más bien que al servicio de Dios? DIA SEPTIMO REFLEXION «Emplead bien vuestras riquezas los que habéis recibido de Dios bienes mate– riales. Servíos de ellas para granjearos en el Cielo amigos que rueguen por vosotros. Ayudad a los privados de fortuna. Vos- - 49 -

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