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para lo que acudió a los amigos espiritua– les. Creyó que el P. Guardián iba a aplau– dir la obra; pero·, lejos de eso, le dio una gran reprimenda delante de todos los frai– les y le impuso un penoso castigo público, acusándole de transgresor de la santa po- .,. breza. Era la mayor acusación que se po– día lanzar a uno de aquellos primeros frai– les, porque todos sabían el aprecio que San Francisco hacía de Dama Pobreza; pero, fray Antonio no abrió su boca para defenderse, sino que cumplió su castigo con general admiración de sus hermanos. Bello ejemplo para confundir nuestro egoísmo y amor propio que nos hace huir de las más leves incomodidades. DIA SEXTO REFLE_XION «No olvidemos que el cielo donde se hallan todas nuestras esperanzas nos será dado como una recompensa que es necesa– rio merecer. Seamos diligentes como lo me– rece la grandeza de nuestro Rey. Este Rey, por asegurar mejor nuestras esperanzas, nos ha indicado con su ejemplo el camino que conduce al cielo, camino de renuncia– miento y de sacrificio.» (San Antonio.) -48-