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DIA PRIMERO REFLEXION <Debemos amar a Dios con todo nues– tro corazón: El nos ha creado y redimido. ~l es nuestro Padre. Es una ley de la na– turaleza que los hijos amen a sus Padres. Pero el amor filial no debe reducirse a un simple sentimiento del corazón: si es fir– me y sincero se manifestará al exterior por las obras.> (San Antonio). El amor de San Antonio sí que fue sincero y firme. El, que tanto amaba a su padre terreno, no dudó en abandonarle an– te la voz de Dios que le quería religioso. Su vida toda estuvo consagrada a dar glo– ria al Padre Celestial: con su predicación, con sus ejemplos, con sus milagros. ¡ Cuán– tos hijos pródigos volvieron a la casa del Padre por su medio! Y después de su muerte, ¡ cuántos han bendecido la mano larga y paternal del Señor que derrocha sus favores por intercesión de San Anto– nio! ¿Hemos pensado en s(!rio que somos de Dios y que su gloria es nuestra gloria? Las obras nos lo dirán. - 42-