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EJEMPLO ¡ Cuántas veces Antonio derramaba su corazón en tiernos afectos sobre Jesús, so– bre todo en Jesús Eucarístico. Hallábase un día impedido para ir a la ig'lesia donde se celebraba la Santa Misa. El pobre Antonio ardía y languidecía de amor inmenso por no poder ir a adorar la Hostia Santa; mas he aquí que en premio de tanto amor hizo el Señor que, en el mo– mento de la consagración, se abrieran las paredes; y así, desde el mismo lugar don– de estaba, adoró y vio al Señor Sacramen– tado en las manos del sacerdote. ¡ Ojalá tuvieras tú ese ardor y deseo de adorar y paladear el pan del alma! ¡ Ojalá derramaras tu corazón como esencia aromática sobre Cristo eucarístico! (El Responsorio como el primer día.) MARTES DUODECIMO (Oración como el primer día.) SAN ANTONIO, NUEVO PENTECOSTES El Padre eterno dio a Antonio su po– der; el Hijo le concedió el amor de todos los pueblos; el Espíritu Santo le comuni- - 35 -