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de cara a las olas dijo: «Los hombres no quieren escuchar mi palabra, venid voso– tros, peces del mar, y escuchadme en vez de ellos>. Con maravillosa estupefacción de todos vinieron a millares los peces del mar que escucharon su palabra con mues– tras de regocijo. Nunca desoigas la palabra de Dios; óyele siempre con religiosa atención. (El Responsorio como el primer día.) MARTES UNDECIMO ( Oración como el primer día.) SAN ANTONIO EL SANTO DE TODO EL MUNDO Si el Padre le comunicó su poder el Hijo le dio el amor de todos los pueblos. Un día dijo Jesús defendiendo a Mag– dalena, que en un momento de sincero y generoso amor derramó sobre El un riquí– simo perfume: «En verdad os digo que lo que acaba de hacer esta mujer será pre– dicado en todo el mundo». Así sucedió con San Antonio. Derramó sobre Jesús el riquísimo per– fume de su corazón, difundiéndose por todo el mundo el buen olor de Cristo; que- _ 33 -