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recidamente a los fieles para que se con– servasen puros en medio del mundo, a cada Avemaría unía estas invocaciones: ¡ Oh María, Virgen antes del parto, conservad puros mi corazón, mi alma y mi cuerpo! _ ¡ Oh María, Virgen durante el parto, conservad puros mi corazón, mi alma y mi cuerpo! ¡ Oh María, Virgen después del parto, conservad puros mi corazón, mi al– ma y mi cuerpo! Por esto San Antonio ha sido procla– mado como el primer propagador de la de– voción de las tres Avemarías que la Santa Sede ha indulgenciado y aprobado. Si eres devoto de San Antonio procura imitarle en su amor a María y hoy mismo promete rezar todos los días, al acostarte y levantarte, las tres Avemarías. (Medítese lo leído y pídase la gracia que se desea alcanzar.) EJEMPLO Era en la Cuaresma de 1231, Lucifer excitó contra él la envidia y la perfidia, y viendo que todo era inútil y que en lugar de vencerle salía vencido, quiso él mismo, mientras descansaba una noche Antonio en su lecho de tabla, atacarle violentamen– te; le asió fuertemente del cuello y con fuerza diabólica quiso ahogarle. Irguióse - 30 -

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