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astros sobrepujan a otros en brillo y es– plendor, así en este cielo San Antonio brilla como uno de los más esplendorosos. ¿Sabes en qué se funda toda la santi– dad de Antonio? Nada más que en el cum- . .,.. plimiento del primer mandamiento: amó a Dios con todo su corazón, con todas sus fuerzas; y como amar es darse, entregarse, San Antonio se entregó, se dio a Dios to– talmente; le entregó su entendimiento, su voluntad, su corazón, su cuerpo, su activi– dad, todo su ser. Si quieres, pues, imitar a este astro de santidad, has de entregarte totalmente a Dios. ¡ Antonio bendito y santo!, tú eres Maestro de santidad; quiero acudir estos trece martes, solícito, a contemplar y estu– diar las lecciones que me das con tus ejemplos. (Medítese lo leído y pídase la gracia que se desea alcanzar.) EJEMPLO Vio un día San Antonio un mno her– mosísimo con los pies descalzos y una alforja al hombro como un mendigo. Atraí– do por su belleza no pudo menos de pregun– tarle: ¿a dónde vas así descalzo y con esa alforja? -< Voy pidiendo limosna» -Pues -10-

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