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• dríamo.s decir, la toma de posesión de Dios y de las cosas divinas. La esperanza nos une con Dios desasién– donos de los bienes terrenales; causa en nos– otros santos deseos, en especial el deseo del cielo y de la posesión de Dios y con esto el impulso y ardor necesarios para aspirar al bien deseado. Nos da el ánimo y la constan– cia que aseguran el triunfo. Incorporados a Jesucristo nuestra Cabeza, esperamos con invencible confianza el cielo en el que Jesús nos prepara un lugar: "quia vado parare vobis locum". (S. Juan, XIV, 2). EFICACIA DE LA FE Es la virtud propia ele la vía iluminativa. La unión de nuestra alma con Cristo por la .fe, es otro medio de santificación .fuera de los Sacramentos y más .fácil y más frecuente. Para comprenderlo bien, conviene recor– dar aquella escena de San Lucas: Jesucristo rodeado por las turbas; una mujer enferma desea su curación, se acerca a El y llena de fe toca la orla de su vestido. J esucristÓ pregunta: "¿ Quién me ha toca– do?", y San Pedro le responde: "Señor, por todos los lacios te empujan y -¿preguntas quién te ha tocado?" Pero Jesús insiste: "Alguien me ha tocado porque he sentido que una virtud (poder) ha salido de mí". Efectivamente, aquella mujer quedó sana, se 58
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