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.. \, tro Salvador; al Tabor para que sepamos dónde está nuestro amor, al Calvario para que veamos nuestro modelo. (P. Crasset). La meditación fortalece nuestra voluntad curándon.os paulatinamente de la pereza, de la flojedad, y de la inconstancia; por eso la meditación es un medio muy eficaz de san– tificación. Con la meditación dice San Alfonso de Ligorio no puede seguir el cristiano· mucho tiempo en pecado grave: o dejará la oración o dejará el pecado. Si hago oración, dice Dom Chautarcl, hállo– me como vestido ele una armadura de acero e invulnerable a los dardos enemigos. Sin oración seguramente se me clavarán. Sobre todo el apóstol, si dejare ele hacer meditación, perderá el hábito de reco~imien– to y ele trato con Dios y no será, más que un bronce que suena o campana que retiñe. Cuál deberá ser tu meditación y cómo has de resolver las dificultades y dudas que en ella encontrares te lo dirá tu director espi– ritual. LECTURA MEDITADA Pero para llegar a la verdadera oracmn mental, para entrar ele lleno en la meditación propiamente dicha, bueno es empezar por la práctica ele la lectura meditada. San Ben:ardo ha dicho: "lertio lactat, me- 45

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