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Domimmi... quia fecit mihi magna qui po– tens est et sanctum nomen ejus": "Mi alma magnifica al, Señor... porque ha hecho en mí maravillas el Poderoso cuyo nombre es san- to". (S. Lucas, I, 46). · Tales son también, aunque en grado me– nor, los sentimientos del alma que por ser templo de pios, ha de ofrecerse de continuo como hostia de alabanza en honor de las tres divinas personas. Al comer.zar cada una de sus buenas obras debiera hacer la señal de la cruz diciendo: "in nomine Patris, et Filii et Spiritus Sanc– ti": en el nombre del Padre ... , etc.; al aca– barlas debe confesar que todo le bueno que ha hecho debe abribuírseles: "Gloria Patri et Filio et S piritui S aneto". Esa alma debe recitar a menudo las preces litúrgicas que cantan las alabanz2s ele la San– tísima Trinidad: el Gloria in excelsis Deo, el Sanctus que proclama la santiclll.d divina, el Te Deum, el Credo, el Veni ·sancte Spi– ritus. Ante la presencia del huésped divino, con– fiesa humildemente su entera dependencia y la impotencia suya para. alabarle como se me– rece y entonces se une al Esp-íritu de Jesús que es el único que puede dar a Dios la gloria a que tiene derecho: "el Espírit--u que ayuda "a nuestra flaqueza, pues, no sabiendo si– " quiera qué hemos de pedir ni cómo convie– " 11e hacerlo, hace nuestras peticiones con ge- 39