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Y en toda esta labor, en todo este camino, el Sacerdote Director es el salvavidas. El sacerdote debe ser para las almas en esta primera etapa: amigo, médico. padre, maes• -~ tro, juez, etc. Como· la enredadera débil necesita la for– taleza de un tronco donde apoyarse y sobre el que pueda crecer, las almas en esta etapa de debilidades, de tropezones y caídas neée– sitan de la fortaleza que les comunica el Sacerdote Director de almas. El sacerdote es tin hombre que Dios divi– niza para provecho de otros hombres. El sacerdote es la mano con la cual Dios bendice. El sacerdote es la voz con la cual Dios habla. El sacerdote es el corazón con el cual Dios ama. ~ El sacerdote es el altar en que Dios se inmola. RAZON DE NUESTRAS LUCHAS En la vida espiritual, junto a las tenden– cias hacia el bien, hay otras muy activas que nos conducen al mal. Para vencerlas, el único medio eficaz es aumentar las fuerzas vivas que hay en nos– otros o sea, el amor de Dios y las virtudes cristianas, con lo que se debilitan las malas inclinaciones. 32
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