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naturaleza inmortal. Resucitaremos: ¿ por qué? Cristo resucitó; en consecuencia siendo El la Cabeza y nosotros los miembros, si la Cabeza resucitó, también los miembros resu- -citaremos con ella. ,. "Jesucristo transformará nuestro cuerpo tan miserable haciéndolo conforme al suyo glorioso". (Ep. a los Filipense~, III, 21 ). Y si morimos en estado de gracia, iremos al cielo. ¿ Por qué? Porque Cristo, nuestra Cabeza, subió a él, y w puede :=:ubir la Ca- , beza sin los demás miembros. ¿ Por qué ire– mos al cielo?' Porque, mediante la gracia s1-n– tificante, Dios es nuestro Paclre, y Cristo Hermano nuestro: "Si somos hijos de Dios, somos también herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo". (Ep. a los Roma– nos, VIII, 17). Allí será nuestra felicidad perfecta. Nues– tra felicidad esencial consistirá en ver a Dios cara a cara, no a través ele las criaturas, ni a través de las obscuridades de la fe, sino di– rectamente, en Sí mismo, no por la luz ele la inteligencia sino por una iluminación especial llamada luz de la gloria, "lumen gloriae" que nos hará hábiles para la visión divina. ¿Cómo sucederá eso 't Oigamos a San Francisco de Sales. Aquí en la vida terrena, cuando miramos una cosa, ésta no se une di– rectamente con nuestros ojos; es la imagen que en él se refleja lo que está, presente. Del mismo modo cuando nuestro espíritu 22

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