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de Montfort, no da a luz la cabeza sin los miembros, ni los miembros sin la cabeza, sería un monstruo de la naturaleza." -,.. VIDA DIVINA Este acto de adopción divina tiene tal efi– cada que mediante la gracia nos hace parti– cipar de la misma naturaleza divina en una forma tan real que por la adopción precisa– mente, la gracia divina viene a constituir nuestra santidad. Por esto se llama esa gracia gracia santi_ti– cante y todo esto no es más que el cumpli– miento o realización de aquellas palabras de Jesucristo: "Ego sum vitis et vos palmites": • " Y o soy la vid y vosotros los sarmientos" (S. Juan, XV, 5); teniendo siempre en cuen- ta que la vida que corre por la vid y los sar– mientos es de la misma naturaleza. Y como la gracia es un principio de acción, actividad vital y por eso la vida sobrenatural y divina se compara al grano de mostaza, a la cepa de la viña y a la cabeza del organis– mo, esta actividad vital hace que todos nos– otros, hijos adoptivos unidos al Hombre Dios por el lazo de la gracia santificante, forme- ' mos la prolongación sobrenatural de su santa humanidad, su cuerpo místico, un cuerpo real, único: la Santa Iglesia, una, católica, apos– tólica y romana. (Card. Mercier, La vie inté– rieure).