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a darnos un título y ciertos derechos, sino q_ue nos hace partícipes de su propia naturaleza y de su vida pro:r.ia . ¿Es, pues, Cristo Nuestro Señor hermano . .,.. nuestro de veras, en realidadt Sí, es un hecho; no se trata de saber si eso es demasiado her– moso o no, se trata de saber si eso es verdad y es así, es un hecho, lo podremos calificar ele extraordinario, pero el hecho es ese. (Ara– mi, ¡ Vive tu vida!). HIJOS DE MARIA Más todavía, siendo por la gracia herma– nos ele Jesucristo, tenemos el mismo derecho que El, para llamar a María Santísima Ma– dre nuestra. ¡ Qué consecuencia tan consola– dora ! María, Madre ele Cristo, ¿ es también madre nuestra? Sí. ¿ Por qué? Porque la gra- cia santificante nos hace hermanos de Cristo e y, en consecuencia, la madre de nuestro Her- mano es madre nuestra. El hermano mayor es Jesús y nosotros, los hermanos más pe- queños. ¿ María es madre nuestra? Sí. ¿ Por qué? Porque la gracia nos hace miembros de Cris– to. El Cristo total, el cuerpo místico de Cristo se compone de una Cabeza que es El, el Cristo personal y ele miembros que somos nosotros. Si María es madre de la Cabeza, será madre de los miembros que somos nos– otros, madre nuestra. "Una madre, dice San Luis María Griñón 14

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