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Esa gracia la recibimos de Cristo: "Iil agua que yo le dé se hará en él una fuente que salte hasta la vida eterna". (San Juan, IV, 14). .,. He aquí el don de Dios; el agua divina, so- brenatural, celestial. ¿ Cabe hablar con más claridad de la gracia santificante? No me de– tengo a distinguir lo que es gracia actual y habitual. Presupongo en este plan el estado habitual en la gracia santificante. ¿ Y cuáles son los efectos de la gracia? La gracia santificante comunica a nuestras. almas la vida sobrenatural, haciéndolas justas y san– tas, nos hace hijos de Dios, hermanos de Je– sucristo, hifos de María, templos del Espíri– tu Santo y de la Trinidad Santísima, nos asegura una resurrección gloriosa y nos hace por tanto herederos del cielo. OBRAS DEIFORMES Dios es el Océano de la vida. Y esta vida que es Luz y Amor, tiene sed de expansio– narse y darse y, por su inefable misericordia, eternamente, Dios Nuestro Señor resolvió comunicar su vida santa y beatífica a la cria– tura, a todos nosotros. \y esto se realiza por la gracia, en virtud de la cual nuestra alma recibe la capacidad de cor:ocer a Dios como El se conoce y de amar a Dios como Dios se ama y de vivir así de la vida del mism9 Dios. Este es el misterio inefable de la adopción divina. 10 !.

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