BCCCAP00000000000000000001219
y muerte, la gracia del perdón, de la salud • y de la santificación; es decir, Cristo es la causa meritoria de nuestra santificación. . A pesar, pues, ele nuestros pecados, somos r icos, por los méritos de la preciosísima san– gre ele Jesucristo vertida por todos y cada uno ele nosotros: "Caput et membra sunt "quasi una persona mystica et ideo satis.fac– " tio Christi ad omnes fideles pertinet sicut "ad membra". (Santo Tomás, Suma teoló– gica). "La cabeza y los miembros forman "como una persona mística y por eso la sa– "tis_facción de Cristo pertenece a todos los "fíel__f_s como a miembros suyos". ¡ Oh si llegásemos a la convicción profun– da de que sin Cristo nada podemos y con El todo! Somos muy flacos, somos pecadores, pero así como los desgraciados que piden limos– na, sus harapos y sus llagas que no las ocul- • tan, al contrario, las muestran, son su título a la compasión, también en nosotros, nues– tros pecados y nuestras miserias. Pero ahí está la fuente, es Jesucristo Nues– tro Señor, de El brota la gracia, ese don so– brenatural, interior, invisible, inherente al alma, real, verdadero, físico aunque espiri– tual que adorna el alma del mismo modo que en el orden de la naturaleza la belleza adorna el rostro y la cultura y la ciencia adornan lg inteligencia y el valor, la nobleza 3' la _qenerosidad adornan el corazón. q
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz