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José Javier Azanza López 282 Príncipe de Viana (PV) , 254 (2011), 277-298 ISSN: 0032-8472 [6] curren con suma frecuencia los religiosos y predicadores a la hora de elaborar sus escritos y homilías; la enseñanza didáctico-moral que podía extraerse de las composiciones emblemáticas hace de éstas un elemento sumamente apro- piado para insertarlas en el excursus religioso, al que proporcionan además un sello de distinción intelectual por su naturaleza culta y erudita. El uso del jero- glífico fue práctica común entre los oradores, e incluso algunas instrucciones de predicadores lo aconsejaban por su carácter didáctico y por la enseñanza moral que generalmente incorporaba, siempre y cuando se hiciese con mode- ración y los ejemplos se extrajesen de autoridades en la materia como Alciato y Pierio Valeriano 14 . El capuchino pamplonés se adelanta a posibles críticas y ya desde la presen- tación de la obra justifica la presencia de historias y ejemplos ajenos a los textos sagrados, argumentando que tan sólo pretende con ellos ilustrar con mayor claridad la doctrina de la Iglesia. Así aparece recogido en la Protesta del Autor : En todas las cosas pertenecientes a Humanidades, Historias, Símiles, y Empresas, no pretendo darles más fe, ni creencia, que la que se le da a una humana Historia; y que el traerlas, solamente se encamina, no más que a motivar a las Almas a fin honesto, de aborrecimiento de los vicios, y amor a la virtud, y buenas costumbres; y que todo vaya, únicamente, encaminado a la mayor gloria de Dios, al bien de las almas, y su desengaño, a la enmien- da de los vicios, reducción de los viciados; al conocimiento de la gravedad de la culpa, y ofensa hecha a Dios. Y que todas las Doctrinas, que para este fin traigo, conformarlas con el estilo Católico Predicable, que admite la gravedad, celo, y eficacia del Oficio, y sujetarlo todo a la corrección de la misma Santa Madre Iglesia. Considera Bretos que habrá quien pueda achacarle el haberse servido de símiles y fábulas, cuando el propio san Pablo los rechaza en su Primera epís- tola a Timoteo 15 . A tal acusación responde mediante citas de autores recono- cidos como Aristóteles, con quien coincide en el calificativo de «milagrosas» que otorga a símiles y fábulas en el libro i de su Metafísica , por cuanto van encaminados a mover el sentimiento; y santo Tomás de Aquino, de quien cita su sentencia Fabula est dictum aliquod repraesentans et repraesentando movens , recogida en el Comentario a la epístola de San Pablo a los Filipenses . Concluye por tanto que «si el intento de la oración Evangélica se encamina a mover los corazones, ¿por qué no se ha de valer el orador de todos los medios que con- ducen a persuadir desengaños? Cuántos habrá en un Auditorio, que apenas hacen comprensión de lo que el predicador sutil va discurriendo; y si se le cuenta la Historia o la Fábula, llega a hacerse capaz de lo tratado». Es evidente 14 Así lo significaba en 1617 el predicador real Francisco Terrones en su Instrucción de Predicadores : «Lo de los jeroglíficos ha cundido de manera que hay predicadores que los componen de su cabeza, fingidos al propósito de lo que quieren decir, y fingen la ninfa, y el sátiro, con una letra que decía, etc. Un jeroglífico o dos, cuando más, en un sermón, si son de Alciato o Pierio Valeriano u otros autores simbólicos, puede pasar. Pero en todo el sermón: Pintaban los Antiguos . Sí, que no eran todos pintores, que otros oficios también harían los antiguos». T errones del C año , F ., Obras Completas , Valladolid, Junta de Castilla y León, Universidad de León, 2001 , pp. 210 - 211 . 15 Primera epístola a Timoteo, 4 , 6 - 7 : «Si tú enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen ministro de Jesucristo, alimentado con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido fielmente. Rechaza, en cambio, las fábulas profanas y los cuentos de viejas. Ejercítate en la religión».
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