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Desde la descripción y comprensión de este fenómeno material po– demos adentrarnos y descubrir el significado de su organización y con– cepción sociales. «El bohío motilón es uno de los elementos culturales más valiosos dentro de su cultura y el más representativo» 50 • «La casa es la unidad humana fundamental: sus ritos de entrada, su forma, la disposición de las familias y sus relaciones recíprocas, forman un todo» 51 • El bohío fue lo que en primer lugar llamó la atención de los civi– lizados en sus contactos por tierra y por aire con el pueblo barí. Este no es nómada, sino plurirresidencial, estructurando una comunidad o grupo residencial muy especial. A simple vista, el mundo social barí se manifiesta como constituido por un conjunto de elementos estructu– rales muy simples. Sin embargo, a medida que nos vamos acercando e internando en su comprensión, va apareciendo una estructura, en su misma organización, rica en su simplicidad, lo más completa posible y en la que se van entremezclando el sentido práctico de un modo parti– cular de vivir y de una comprensión más amplia del mundo y del hombre que se transparenta en sus mitos. La organización social barí integra con admirable sentido práctico y con una naturalidad nada motilones, en Ven.Mis. 22 (1960) 324; In., Segunda entrada por tierra hacia los motilones, en Ven.Mis. 22 (1960) 259; ID., Diez años entre los motilones, en Ven.Mis. 32 (1970) 200-203; ID., La vivienda entre los motilones, en Ven. Mis. 33 (1971) 54-55; In., Los motilones. Cuántos son y dónde viven. en Ven. Mis. 34 (1972) 84-87; A. de ALCÁCER, El indio motilón y su historia, Bogotá 1962, esp. 35-37; ID., Los barí. Cultura del pueblo motilón, Bogotá 1964, 37. 50-51; A. R. PoNS - OTROS, Los motilones. Aspectos médico-sociales, en Kasm. 1 (1962) 29-34; Hno. GINÉS - J. WILBERT, Una corta expedición a tierras mo– tilonas, en MSCN. La Salle 20 (1960) 173 ss.; O. D'EMPAIRE, Introducción al estudio de la cultura barí, en Kasm. 2 (1966) 190-198; M. GoNZÁLEZ C., Uso y costumbres de los motilones, en Ven.Mis. 30 (1968) 56-57; ID., Los indios motilones y sus costumbres, en Ven.Mis. 32 (1970) 369-371; S. PINTON - R. JAU– LIN, La maison bari et son territoire, en JSA. 61 (1972) 31-44; A. JAULIN, La paz blanca, Buenos Aires 1973, 46-72. Puede ilustrar la comparación con la estructura social de la cultura chibcha «tuneba» (cf. J. WILBERT, Zur Sozial– struktur der Tunebo Antropologica, en Antr. 57 (1960) 159-174). 50. A. de VILLAMAÑÁN, La vivienda..., 54. Los barí ancianos presentan, junto al bohío, otros valores culturales que consideran en paridad de importancia a aquél, como la «Kiróra», el «Canto de la flecha», las «Expediciones de caza», y muy por debajo de sus conquistas sociales: armonía, capacidad de convivencia y sentido de grupo. Quizá el bohío llama más la atención de los extraños, lo que podría explicar la afirmación de A. de Villamañán, que es preciso interpretar dentro de este otro contexto más amplio y profundo. Ciertamente, es lo que más impacta al visitante, si se considera sólo su cultu– ra «material». 51. R. JAULIN, o. c., 77. 64

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