BCCCAP00000000000000000001213

Nischkú fue rodeando el cerro, y los barí le veían venir en la balsa. Chuzaba mucho sobre el monte, para ver si pescaba a barí y pescaba muchos. Chuzaron también a los muchachitos como pes– caditos y los pusieron en la balsa. Cuando cogió Nischkú a los muchachitos como pescaditos ya ba– jó a quitar kiróra, porque ya llevaba muchos en la balsa. Más abajo estaban esperando algunos barí. Le tiraron muchas flechas a Nisch– kú. Unas les iban demasiado bajas, otras daban a la balsa. Donde estaba el bohío no se veía nadita. Cuando bajó el agua, el bohío se veía como puro barro. (Repite esta última frase). Vino Nischkú, abrió la cerca y entonces se vino el agua hacia abajo. Un barí venía metido dentro de un palo. Nischkú empujaba con el chuzo el palo y el barí seguía hacia abajo. Este palo iba co– mo siguiendo a Nischkú. Según iba bajando el agua, otro barí que estaba subido a un árbol bajaba asimismo con el agua hasta que dio con la tierra. Tenía hambre. Hasta que se secó la balsa. El que bajaba en el palo se fue solo detrás, persiguiendo a Nisch– kú. Entonces, le preguntó a Kokéba: «¿ Dónde fue Nischkú?». Y Ko– kéba le dijo: «Ha pescado mucho Nischkú». Y fue a visitarlo. Allí vio mucho pescado, pero Kokéba se dio cuenta que eran barí. Un barí le dijo: «Esa es mi mamá que pescó Nischkú. Esa es mi ma– má que pescó Nischkú». Barí preguntó a Kokéba: «¿ Dónde encontraste a Nischkú?». Y le dijo Kokéba: «Allí, lejos, le encontré. El pescado lo traía en ca– nastas». El que se metió en el palo se paró al terminar el río. La madera se abrió ella misma y barí que iba dentro miró. Saltó de la madera y se sentó. Vio una casa. Y pensó: «Ese es dabaddó». Cuando venía por el camino, conoció a los hijos de Kokéba. Y les preguntó: «¿ Ustedes son dabaddó?». Y los hijos de Kokéba le con– testaron: «Nosotros somos hijos de Kokéba». Los hijos de Kokéba le preguntaron: «Tú, ¿ de dónde vienes?». «Y ¿ vosotros? ¿ De dón– de venís vosotros?». «De allí arriba», contestaron. Los hijos de Ko– kéba le llevaron a donde su papá Kokéba. Le metieron en casa de Kokéba y, como tenía hambre, le dieron de comer. Durmió allí, en casa de Kokéba. Kokéba le dijo: «Vete a ver a tu mamá. Está en casa de Nischkú». Kokéba invitó a barí a ver el sitio donde estaba su mamá. Fueron Kokéba, sus hijos y el barí. Kokéba le dijo: «No comas de la carne que te dé Nischkú. Es de tu mamá». (Repite). «Mírala sólo, pero si te invita a comer, no comas; mírala tan sólo». Esto lo iban comentando durante el camino. Cuando ya lle– gaban cerca, encontraron un gran camino, como carretera. Enton– ces le dijo Kokéba: «Procura fijarte cuántas casas tiene Nischkú». Tenía dos casas. El estaba adentro conversando. «Procura fijarte cuántas casas tiene Nischkú». Nischkú los estaba viendo desde la puerta. Kokéba dijo a Nischkú: «Mira, aquí tienes a barí». «Venimos a visitarte». Nischkú les invitó: «Coman ustedes». Kokéba le dijo: «Nosotros no comemos esta carne. Es carne de barí... Nosotros no comemos esta carne. Es carne de barí. (Repite tres veces). 412

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz