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5.2. SEGUNDO RELATO Original de Luis Asebo Koronbará Traducción de Florentina Abigyá Dababosá lleva a la niña a donde vivía Sabaseba. (Repite). Si no le hubieran flechado, viviría con los barí. Las pequeñas crecerían más rápido. Dababosá vino a buscar muchachita antes de nacer. Cuando vino de la montaña, vino a pie; cerca del bohío se dis– frazó de tigre. El tigre se llevó a muchacha recién nacida con él en la boca. Cuando nació muchachita, lamía a la muchachita y la secaba con la lengua. Papá dijo: «Mejor que la lleve». La sangre desapareció así todita. Cogió a la muchachita en la boca y se la llevó con él. Se la llevó por el monte. Al poco tiempo, la trajo ya muchachita crecida. El papá dijo: «¿ Por qué ha crecido tan rápi– damente?». Sabaseba le dijo a Dababosá: «Tú vas a hacer eso toda la vida. Cuando un niño nazca, lo cogerás y lo llevarás a bañarle en un pozo, para que crezca con más rapidez». Los muchachitos, si estuviera Dababosá, crecerían más rápido. Pero ahora no es así, por– que Dababosá no vive ya con barí. Esto se lo contaron a los barí. Algunos pensaron matarlo. Y así corrió ese chisme. Dababosá traía a los papás cochinos, mono, tor– tuga, «todito». Al resto de los barí no les gustó esto. Intentaron ma– tarle. El papá de la muchachita decía: «Mejor es que venga Daba– bosá». Los barí dijeron: «Vamos a matar a Dababosá». El resto de los barí lo veían disfrazado como si fuese tigre. La muchachita les decía: «No es tigre. Es persona». Dababosá le dijo: «No les digo nada». Por el camino los barí lo esperaron para matarle. Mientras, Da– babosá estaba en el bohío y observaba. El papá de la niña que es– taba acostado en chinchorro le dijo a Dababosá: «A usted le van a flechar algunos barí». Entonces, Dababosá marchó. Pero se fue por otro camino. Los barí lo esperaban, pero no lo vieron. Recogió el arco Dababosá y se fue hacia donde sale el sol. Vino de nuevo con la niña, hecha ya una señorita. El papá de la muchachita le dijo: «Mejor es así, para que la muchachita crezca más rápido». Los barí lo perseguían. Papá insistía: «No lo maten. Mejor es que nos acompañe». «Nuestros hijos crecerán más rápido». Marchó de nuevo con la muchachita. Los barí lo estaban aguardando y lo flecharon. El mismo cortó la cuerda de la flecha y la muchacha la recogió y la llevó. Después de haberlo flechado, volvió de noche de nuevo, completa– mente sano, sin señales de la flecha. Dababosá le dijo a Sabaseba: «Mira, me han flechado», enseñán– dole el flechazo. Sabaseba le contestó: «Tú has hecho ·bien con ellos, 407

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