BCCCAP00000000000000000001213

Los barí a las hijas de zamuro le decían: «Volved a recoger tam– bién en el próximo viaje». Los barí marcharon con canastas llenas. El papá de zamuro blanco dijo: «Yo sólo tengo arco grande y ca– zo con él cochino». Barí le preguntó a papá de zamuro blanco: «¿ Dónde vamos?». «Por aquí», les respondió. (Repite: «Si tuviera caña brava, yo mismo los cazaría y se los daría. Yo lo único que tengo es arco... Con él sólo cazo culebra, cochino»). Le dijo a barí que llevase lanza, taco (para matar pájaros), fle– chas y arco. Barí le dijo: « Yo no tengo caña brava». Mataron mu– chos animales y, ahumados, los sacaron para comer. Un grupo de ellas -hijas de zamuro- cocinó y otro grupo lo ahumó. Cazaron mucho. Lo echaron en canastas y encima pusieron beju– cos para amarrarlos. Una hija de zamuro blanco quería echar más, pero se Ie cayó porque iba muy llenita la canasta. Amarró la canasta por la mitad; amarraron a los animales por grupos de cinco -animales- y los enviaron a sus mujeres desde el cielo. Era el atardecer. Unos cayeron en árbol, otros lejos y otros en la misma casa. Cuando llegaron, las mujeres los ahumaron para comerlo y lo echaron en las canastas. Los hombres barí mandaron a sus mujeres. El resto lo dejaron en una casa de zamuro blanco. Los barí fueron de nuevo a cazar: llevaron flechas, arco y un taco. Fueron a cazar en distinto sitio. Había muchos animales. Unos corrían, otros en árbol, otros volaban, otros estaban quietecitos. Ma– taron .muchos. Hicieron tres montones de animales cazados: pavos y pajuí. Se les partió una flecha y tuvieron que cazar con taco y una flecha solito. Y ya no cazaron más. Arreglaron los montones recogidos y los dejaron en otro sitio. Las hijas de zamuro blanco llevaron lo recogido; las plumas y todo lo que quitaron lo dejaron aparte de la carne preparada. Mientras las hijas de zamuro blanco preparaban la carne, un barí se marchó a cazar. Mientras los barí cazaban, la luna empezó a cortar lqs bejucos. Hijas de zamuro bl'°nco 1e rogaban que no lo cortase. La luna es– taba brava con las hijas de zamuro blanco porque ellas enamoraban a los barí y ella no podía. La ardita es una persona -barí-. La luna cortó bejucos, pero dejó volver a un barí y después le cortó el bejuco, convirtiéndolo en ardita. Sabaseba en ese momento le dijo a la luna: «Vamos a volver ar– dita a ese barí», y se rió la ardita. Por eso la ardita anda siempre corriendo y como riéndose. Y Sabaseba le dijo: «Tú te llamarás ardita». Y el barí se volvió ardita y comenzó a hacer como ardita. Sabaseba le dijo: «A ti te matará barí para comer». Era «tain– biribí». La luna seguía cortando bejucos. Las hijas de zamuro blanco ins– taban: «No cortes tejuco». Si la luna no hubiere cortado esos be– jucos, subirían todavía los barí. Desde entonces, los barí no pueden subir allí. Desde ent-:mces, los barí ya no pueden subir; ya no pue- 397

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz