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Basunchimba les dio caña brava y Sabaseba le dijo que con ésa hi– ciese flechas. Basunchimba les dio macana. Si basunchimba no hubiera dada caña brava, solamente tendrían caña brava corta. Basunchimba les dio semilla de plátanos, de piña, de caña brava. Al hermano le dijo que hiciese conuco pequeño para que sembrase todas esas semillas. Sabaseba hizo macana para barí. Sabaseba hizo macana para barí. (Repite). Sabaseba vino por una trocha e hizo macana. Vino limpiando caminos e hizo macana. En– contró un cerro y vino allanando caminos y haciendo trochas. Tum– bó árboles para que saliese agua. Vino por trocha y donde se sen– taba a descansar salía aguacate para los barí. (Repite). Cuando Saba– seba vino por caminos, era todito montañoso y lo allanaba dejando terreno igualado. Vino también haciendo macana para pescar y ca- 2:ar. Los árboles que tienen flores también los hizo Sabaseba. Si Sa– baseba no hubiera hecho esto, no habría nada para los barí. Nunschundóu también hizo macana de téchi. Basunchimba dio semilla de caña brava, de piña. Con la caña bra– va se hacen flechas para pescar y cazar. Con la semilla de piña que dieron basunchimba comemos nosotros. El hermano le dio caña brava y con ello hacemos para pescar y cazar. Al hermano muerto le dijo que hiciera conuco pequeño para que sembrase de todo lo que les había dado. Luego le dijo el hermano: «Me voy. Toma semilla de plátano, de piña, de caña brava y siembra tu conuco». Y le acompañó por el ca– mino. El hermano muerto le dijo: «Vete, tu mujer estará llorando, es– perándote», y le acompañó por el camino hasta la casa donde vivía. La entrada estaba oscura, pero el hermano muerto lo veía clarito. Entró en la casa y miró a ver si estaba la mujer de su hermano, pero no la encontró. Y caminó por otras casas hasta que dio con ella. Encontró a la mujer hablando con gente y se quedó con ellos. El le dijo a la mujer: «Ha llegado tu esposo». Su esposo venía car– gado de semilla de piña y de caña brava y descargó en casa. Ya traía también tres flechas de caña brava. El hermano le dijo que no hi– ciera flecha con caña corta, sino con la caña brava que él le había dado. Y le dijo: «Vamos a hacer conuco. Procura hacer conuco pe– queño para sembrar toditas estas semillas». Hicieron el conuco de– bajo de un cerro. Y sembró caña brava. Una vez que hizo el conuco y sembró caña brava, volvió a su ca– sa, y le contó a su mujer todo cuanto le había dicho su hermano. Su mujer le dijo: «He llorado durante algún tiempo por ti». El her– mano muerto lo encontró cuando iba de cacería y se lo llevó con los basunchimba. Una vez hecho, le hice sembrar caña brava. El her– mano muerto le dijo que limpiase el conuco, para que creciera la semilla. Y así lo hizo; limpió el conuco. Trabajó en lo que le había dicho su hermano y dejó limpio el conuco. El hermano dijo que vendría a visitarlo a los diez días. 388

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