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Desde aquel día los mmoneros han tratado de lograr, de distintas formas, estar compartiendo con ellos su vida y sus afanes, en cons– tante proceso de integración cultural. Los propósitos siguen siendo los de abrirse a una nueva cultura, aunque sin dejarse absorber por ella is. lo., Pacificación de los indígenas barí-motilones, en Ven.Mis. 42 (1980) 228-230. 233; lo., El primer contacto pacífico con los motilones, en BIV 8 (1963) 83-85; lo. (con el nombre de A. ALVAREZ), Hace 25 años. 1960 ;ulio 22, en Ven.Mis. 46 (1985) 150-165. Se publi– ca por primera vez el Diario de entrada en Motilones. Comparando sus descripciones con las de A. de Villamañán, puede apreciarse la no plena concordancia en algunos detalles sobre este contacto pacífico con los barí. Hemos hablado personalmente con los dos autores y confirman sus escritos. Unicamente las fotografías sacadas en esos primeros momentos podrían arrojar luz sobre estas diferencias; A. de ALCÁCER, El indio motilón.. ., 251 ss.; ID., Los barí..., 78 ss.; R. JAULIN, La paz blanca.. ., 24-28; St. BECKERMAN, a. c., 319; C. de ARMELLADA, Pulsación indigenista. Los Capuchinos entraron a la región de los motilones, en Ven.Mis. 42 (1980) 226-227; R. LIZARRALDE - St. BECKERMAN, His– toria contemporánea de los Barí, en Antr. 58 (1982) 3-52. Es un artículo interesante. Bien documentado históricamente; aunque sus afirmaciones sobre la labor misional, particu– larmente católica, no las compartimos (cf. pp. 15. 28. 49-50). Para una crítica de esta visión unilateral -«prisma anticlerical anacrónico»-, puede verse A. de VILLAMAÑÁN, Otro enfoque distinto, en Ven.Mis. 47 (1986) 156-158. F. M. • de VEGAMIÁN, ¿Qué hacen los misioneros en el Tucuco?, en Ven.Mis. 38 (1976} 229-233. 260-264. 294-297. 322-325. Para el contacto con los barí de Colombia, cf. B. ÜLSON, For This Cross I'll Kill You. Caro! Stream, 111, Creation House 1973, 81-94; A. de VILLAMAÑÁN, Para la pacificación de los motilones en Colombia, en Ven.Mis. 23 (1961) 217-218; R. JAULIN, o. c., 85-109. 189 ss.; St. BECKERMAN, a. c., 321-322; Ed. GüNZÁLEZ, Casigua: Motilones y... petró– leo, en Ven.Mis. 39 (1977) 146-150. 28. Para este proceso lento, pero de respeto hacia la cultura barí, cf. A. SETIÉN PEÑA, Los motilones de ayer y de hoy, en Ven.Mis. 33 (1971) 306-307. 376-378; ID., El pueblo barí y otros pueblos indígenas, en Ven.Mis. 42 (1980) 234-236; G . ALVAREZ LóPEZ, ¿Educar o civilizar? (Problemas del actual sistema de educación en los sectores indígenas), en NM. 75 (1977) 188-190; lo., Bogsí: una comunidad indígena hoy, en NM. 68 (1976) 109-111; ID., Una comunidad indígena hoy (Análisis de un modelo comunitario), en NM. 85 (1979) 66-70; ID., Barí-motilones: Veinte años de contacto, en Ven.Mis. 42 (1980) 242-248; ID., Nueva Iglesia para los Barí, en Ven.Mis. 42 (1980) 127-128; ID., Pre– guntas a los Motilones, en Ven.Mis. 42 (1980) 251-252; lo., Cursos de animación comuni– taria, en Ven.Mis. 44 (1983) 26-28; lo., La misión de los barí hoy, en Ven.Mis. 46 (1985) 170-173; lo., Desde Bokshí: Nuestra Comunidad Educativa, en Ven.Mis. 47 (1986) 10-12; lo., Los barí ante el Gobernador, en Ven.Mis. 47 (1986) 71; lo., Agentes de Pastoral. Se– mana de Estudio, en Ven.Mis. 48 (1987) 102-104. En todos estos artículos o comunicaciones de G. Alvarez aparecen, con toda claridad, los pasos que se han ido dando en este proceso de inculturación con un criterio correcto y que, sin duda, pueden ayudar a deshacer opiniones negativas, vertidas por algunos an– tropólogos sobre tan delicado problema misional y cultural. En dichos artículos aparece el proyecto educativo, sus objetivos, aspectos prioritarios, caminando hacia el futuro desde su realidad cultural. En esta misma línea, cf. A. de VILLAMAÑÁN, Los Barí. 25 años de Paz..., a. c., en el que se analiza este mismo proceso en sus constantes y variantes durante estos 25 años, desde los siguientes aspectos: Comunidad, economía y tecnología (vivienda, vestido, transporte, ganadería, comercio), educación, relaciones sociales, reli– giosidad, futuro de su cultura... ; Plan Pastoral de la Misión Gua;ira-Peri;á, en Ven.Mis. 48 (1987) 64-71. 40