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y se tiró a la balsa. Por la noche se acuesta hasta donde sale el sol. Allí almuerzan y ?i:!andóu se pone el sombrero y sale a recorrer todo el día. Los dos pasean por el cielo. Sabaseba le mandó que hiciese ese recorrido a ?i:!andóu. Paseaban los dos, ?i:!andóu tenía muchos gra– nos, mientras Sabaseba no tenía; era blanquito. Un barí pidió a Sa– baseba que le enviase luz. Algunos barí pidieron vivir con dabaddó y otros dijeron que no. Dabaddó no quiso vivir con ellos. Ourundóu les dijo que era mejor vivir en otra parte. Una mujer barí se había casado con dabaddó. Y ya tenía hijos e hijas y ofreció a su hermano que se casase con hija. Que el marido que tenía, que no le traía ca– cería y él sí le traía cacería. La mamá le dijo al hermano que vivie– ra con la hija en su casa y él no aceptó. Pidió para llevársela y le dijo la hermana que, yéndose él, moriría de hambre. La mamá le entregó a la hija. Pero papá no quiso. Se puso bra– vo. El hermano de su esposa le dijo que, si no le daba la hija, al menos le diera machete, hachas, arroz, plátanos y de todo para culti– var. Pero dabaddó no se lo dio. Y él, entonces, se llevó a la hija. Pero dabaddó que tenía veneno se lo echó en los ojos del cuñado y se murió. Antes querían ir con dabaddó. Desde entonces los barí no quieren ir con dabaddó. 355