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un buen maestro de estos encargos. Adiós -·le dijo de despedida-. Que seas buen amigo siempre». De la corteza de ese árbol que estaba amontonado, sálieron pes– cados. Sabaseba le dijo: ''.Te voy a nombrar dueño de los pescados: del corroncho, bocachico, bagre y toda clase de animales acuáticos; doncella, ballena ... ». Así se lo dijo Sabaseba. Y comenzaron a salir pescados. Sabaseba le dijo, entonces, a Kokébadóu: «A ti te llama– rán los barí ,para que les des pescados». {Repite la frase). Sabaseba nombró de nuevo toda clase de pescados... De fa corteza salió el caimán. Cuando barí empieza a picar al cai– mán con un palo duro, éste se mueve. Sabaseba le dijo a Kokébadóu: «Caimán reaccionará muy fuerte contra barí. Y barí tendrá miedo al caimán y le verán los dientes muy puntiagudos y fuertes. Cuando pinches a la doncella, se moverá muy fuerte, también, como yo lo he mandado a decir». Entonces Sabaseba Je dijo al caimán: «Te ma– tarán los barí y te comerán, porque estás muy sabroso. En cambio, a ti, babilla, no te comerán. Les prohibiré comer tu carne». Dirigién– dose a la doncella: «A ti te van a comer, como si fueses un plátano bien maduro y no te pondré espina». Al bagre le dijo: «Te tocarán la cabeza bien fuerte. Se quedarán los barí asombrados al verte la cabeza. Tampoco a ti te pondré espinas; te pondré los huesos poco fuertes. Te chuzarán y te moverás bien fuerte, llegando a partir la mitad del chuzo». También Sabaseba le transmitió consejos a Kokébadóu: «Harás siempre estos encargos: No te quedarás sentado en la casa, sino que te encargarás de tu oficio». Sabaseba, entonces, se dirigió hacia la · orilla del mar para no volver nunca más. El mismo Sabaseba dio bastantes enseñanzas a los Saimadoyi... De nuevo vino a hacerse el sol. También a &andóu le explicó en forma clara y sencilla para que hiciese el sol siempre: «Tú harás siempre el sol, según la forma y costumbre que te he indicado». Sabaseba visitó de nuevo a &andóu, pescados, ríos y tierra. Y les dijo: «Estos maestros han aprendido mis enseñanzas. Harán siempre esos oficios que les he indicado». 1.4. CUARTO RELATO Original de Fernando Akuéro Traducción de Daniel Karebadóu Sabaseba trabajaba la tierra para los barí. Los barí salieron de la piña. Sabaseba abrió la piña y salieron barí. Nunschundóu también trabajaba. Sabaseba enseñaba a los barí. Kokébadóu también ense– ñaba a barí. Kokébadóu es el que empujaba a los pescados para barí. Sabaseba trabajaba la tierra para allanarla. Sabaseba y Kokéba tum– baron palos grandes y salieron ríos con agua. Sabaseba y Kokéba tumbaron palos de donde salió agua. De esa agua bebemos nosotros 341

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