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Regla de Santa Clara. Este Breve de aprobación respaldaba el propósi– to de la fundadora de vivir con sus hermanas la "estricta observancia de la Regla de Santa Clara". Así nació la reforma de las Clarisas Capuchinas. Su vida de pobreza, austeridad, retiro en rígida clausura, sencillez fraterna y, sobre todo, intensa vida de oración, fueron las carcterísticas que impulsaron su desarrollo y crecimiento en diversas ciudades de Italia. A finales del siglo XVII había ya 83 monasterios. La primera fundación fuera de Italia fue la de Granada, donde en 1588 Lucía de Ureña había fundado una comunidad de "Capuchinas mínimas del Desierto de Penitencia", que sólo en 1625 fueron autori– zadas a emitir votos solemnes. En 1599 se hizo la fundación del monasterio de Clarisas Capuchinas en Barcelona por obra de Angela Margarita Serafina Prat, "conforma a la regla y estatutos de las monjas capuchinas de Roma y Granada", como decía el decreto de erección del Nuncio. Según la última estadística de 1992 en España existen 32 Monas– terios de Clarisas Capuchinas con un total de 373 religiosas. En la autonomía aragonesa contamos con 6 monasaterios, cuya historia vamos a relatar en esta segunda parte. El Papa Juan Pablo II ha sintetizado así la vocación de la Clarisa Capuchina: "Vuestra vida es totalmente una plegaria. es un caminar día y noche, en la presencia del Señor. Es un buscar continuamente su Rostro, lo que constituye la finalidad última de todos nosotros. La Iglesia y el mundo entero tiene necesidad de vosotras, de vuestra vocación". (21-IV-1985). -84-