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Profesas solemnes, llenas de ilusión y empeño por vivir cada día con mayor perfección el carisma franciscano en la vida contemplativa. Esta es su misión en la Iglesia. Diariamente y durante toda la tarde, se hace adoración del Santísimo Expuesto en la iglesia y se celebra el Oficio de Lecturas a medianoche. Como un medio de subsistencia, la Comunidad dedica horas al tra– bajo manual: bordado a mano y máquina, plancha, pintura en tela y la confección de sagradas formas para las iglesias parroquiales de varios pueblos. En una época de rápidos cambios y evolución en todos los sentidos, las religiosas han dado mucha importancia a la Formación Permanente, a fin de conseguir una vivencia más plena de su vocación contemplativa. Por haber desaparecido el Archivo del Monasterio en tiempo de la República española, estos datos que aquí hemos expuesto responden a una Crónica del Convento. Son suficientes y dicen mucho a favor de este único monasterio de clausura que existe durante siglos en la gran comarca de las Cinco Villas de Aragón. "Clara y las religiosas tenían un corazón grande como el mundo; como con– templativas intercedían por toda la humanidad. Como almas sensibles ante los pro– blemas cotidianos de cada uno, sabían hacerse cargo de todas las penas". (Carta de Jua,'! Pablo II a las Clarisas, 1993) -69-