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INTRODUCCIÓN La celebración del VIII Centenario del Nacimiento de Santa Clara de Asís (1193-1993), festejado por toda la Iglesia y especialmente por la Familia Franciscana, me ofrece la oportunidad de poner de relieve la presencia de las Clarisas de Aragón, a lo largo de los siglos. Clara nació en la ciudad italiana de Asís en 1193. Su nombre expresaba lo que iba a ser su vida: Claridad y luz, sencillez y pobreza, lozanía y pureza. Tenía 18 años cuando se sintió fuertemente atraída por el ideal espiritual de su compatriota Francisco y quiso seguir su vida de pobreza y humildad. Por lo cual, una noche huyó de su palacio fami– liar y se trasladó a la capilla de Nuestra Señora de los Angeles, llama– da de la Porciúncula, donde San Francisco y sus frailes la recibieron jubilosos, con antorchas encendidas, para celebrar su consagración a Dios. Era el año 1212. Su familia quiso disuadirle de sus proyectos de vida, pero Clara se agarró con fuerza al altar, y nadie la pudo sacar de allí. Pronto le imitó su hermana Inés, y otras jóvenes de la ciudad. Fueron traslada– das al convento de San Damián, a las afueras de Asís, y allí surgió la primera casa de una fundación franciscana que se llamaría: "Las Damas Pobres", las clarisas. Para ellas redactó Francisco una "Fórmula de vida". Clara, siem– pre deseosa de vivir la pobreza por amor a Cristo en un grado heroico y radical, obtuvo el año 1216 del Papa Inocencio III el "Privilegio de la Pobreza". Tras muchos años de enfermedad, poco antes de su muerte, le llegó la gran noticia de que el Papa confirmaba y aprobaba su Regla -5-