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la prueba da el consuelo, hizo que ingresaran tantas jóvenes que llegó a constituirse una Comunidad de 33 religiosas. 4. En 1922, al estar la Comunidad en gran precariedad de bienes materiales, a causa de la quiebra que les hizo el Banco, donde tenían depositados los pocos dineros que poseían; y al ser mayo– res casi todas las Hermanas y no poder subsistir con su trabajo, el Cardenal Soldevila, Arzobispo de Zaragoza, dispuso salieran parte de las religiosas. Fue un momento doloroso para toda la Comunidad, ya que tuvie– ron que salir un total de 12 religiosas, que fueron distribuidas en dis– tintos monasterios de Aragón: Santa Catalina y Santa María de Jerusa– lén de Zaragoza; Báguena, Gelsa de Ebro, Borja y Monte Santo. Pasado algún tiempo, todas regresaron contentas y felices a su amado monasterio de Tauste. 3. Apertura de una escuela de párvulos Como la Comunidad seguía con muchas dificultades económicas para subsistir, a instancias del pueblo, se abrió una escuela de párvulos con la aprobación de la Santa Sede, en Bula fechada en septiembre de 1926. Posteriormente esta escuela se amplió a varias aulas, completan– do todos los grados de la enseñanza Primaria. Más tarde, según la orden del Ministerio de Enseñanza, se impartieron todos los cursos de Educación General Básica. Con ocasión del Concilio Vaticano II la Comunidad se vio obliga– da a tomar una fuerte determinación: O continuar con el colegio dejando la clausura Papal, o abandonar este apostolado externo abra– zando la Clausura Papal. Apreciando en grado excelente la vocación contemplativa y cons– cientes del valor de la misma en la Iglesia, la Comunidad, a pesar de la resistencia de los padres de los alumnos y de la Inspección Provincial de Enseñanza, optó por la Clausura Papal, efectuando el cierre del Colegio el año 1974, una vez cumplidos todos los requisitos del Ministerio de Educación y Ciencia. -67-