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cedió la bula de fundación el 17 de agosto de 1610. Para llevar a cabo esta fundación, Dña. Juana de la Torre, natural de Monzón hizo un espléndido legado de sus bienes a favor del monasterio. Las Hermanas Clarisas se instalaron en la Plaza de Santo Domingo. 2. El azote de las guerras a través de los siglos A pesar de que las Hermanas Clarisas vivían con gozo el ideal franciscano de "Paz y Bien", se vieron atormentadas a lo largo de los siglos, por guerras violentas que perturbaron su vida monacal. Vamos a hacer mención de las más importantes. - El año 1642, al declararse la guerra con la sublevación de Cata– luña, la villa de Monzón quedó totalmente deshabitada, y la Comunidad no tuvo más remedio que trasladarse a Zaragoza, donde residieron durante 25 años. Por fin, tuvieron la gracia de poder regresar a Monzón el 26 de junio de 1667. Su antiguo convento de la Plaza de Santo Domingo estaba por aquellas fechas ocupado por los Padres Dominicos, por lo cual, se vieron obligadas a instalarse en la casa de D. Martín Ozcoide, hasta que se terminara de restaurar el antiguo Hospital de Santo Tomás para su vivienda. A pesar de estas contrariedades, en nada disminuía el fervor de las religiosas, fieles a la observancia de la Regla de Santa Clara. Uno de los frutos de esta santidad de vida es el ver que el 17 de abril de 1684, a petición de las Clarisas de Balaguer, dos Hermanas dejaron su Monasterio de Monzón para ir allí a ocupar el cargo de Abadesa y Vicaria, a causa de la poca edad de las Hermanas de aquel monasterio. - La guerra de Sucesión a principios del siglo XVIII vino a sacu– dir de nuevo la paz del monasterio. Las Hermanas Clarisas de Monzón tuvieron que abandonar la villa y trasladarse por espa– cio de 4 años a Barbastro. Desde su vuelta hasta la guerra civil española, permanecieron tranquilas y gozosas, alabando al Señor, en la clausura de su monasterio de Monzón. -62-

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