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do de las imágenes de San Francisco de Asís y Santa Clara, y a sus lados, el Sagrado Corazón de Jesús y San José. Junto al altar está el coro enrejado donde la Comunidad adora al Señor y canta sus divinas alabanzas. Al cerrarse el monasterio de clarisas de Gelsa, cinco religiosas se trasladaron a vivir definitivamente con esta Comunidad de Jerusalén. Por lo cual el famoso Relicario de La Santa Espina de Gelsa, desde el 23 de abril de 1971, está custodiado y venerado en este Monasterio. Tras un pequeño litigio, los hijos de Gelsa lograron que las Clarisas de Jerusalén dejasen la santa reliquia al pueblo, durante los día 10 al 20 de mayo de cada año, a fin de rendirle culto en esta villa donde es tan venerada. El Monasterio de Santa María de Jerusalén ha tenido años de flo– recimiento y años de decadencia vocacional, pero nunca de falta de fervor y santidad. Hoy, la Comunidad está formada por 9 monjas y 1 novicia. Y lo importante es que viven felices con su vocación de ser "alabanza del Señor". "El mismo Señor nos ha puesto como modelo, ejemplo y espejo no solamente para las demás, sino también para nuestras hermanas llamadas por el Señor a la misma vocación, a fin de que ellas, a su vez, sirvan de espejo y ejemplo a las que viven en el mundo". (Testamento de Santa Clara) -39-