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Teruel y allí murieron muchas personas por causa del agotamiento, del hambre y de la sed del asedio. Al ser destruído el Seminario, también Fray Anselmo Polanco se pasó al convento de las Clarisas. Allí conso– laba y animaba a todos los refugiados. ¡Gran figura de auténtico pastor de almas!. La guerra civil española dejó en ruinas el monasterio, quedando sólo una parte de la iglesia, donde se podía celebrar el culto. El 28 de marzo de 1938 regresaron las primeras clarisas a Teruel, con licencia del arzobispo de Zaragoza, y también la Abadesa de las Capuchinas y otras religiosas. Y para la fiesta de San Francisco de Asís, 4 de octubre, toda la comunidad ya estaba reunida. A la guerra cruenta, sucedía una paz prometedora. La imagen del Sagrado Cora– zón de Jesús fue trasladada con toda solemnidad al monasterio de Santa Clara, donde sigue recibiendo culto de sus fieles devotos. 8. Situación actual En la actualidad el Monasterio está habitado por siete Hermanas Clarisas y está ubicado en la Plaza de Cristo Rey Nº 3 de esta ciudad turolense. La iglesia está abierta al culto de los fieles, celebrándose dos misas los días laborables y tres en los domingos y festivos. La gente acude a rendir un culto especial tanto al Sagrado Corazón de Jesús como a San Antonio de Padua. Las Religiosas dedican la mayor parte de la jornada a su vida con– templativa de alabanza y adoración a Dios, pero al mismo tiempo, se ocupan en diversos trabajos para procurar su mantenimiento. Por ejemplo, el hacer la mayoría de las hostias que son consagradas en 40 pueblos de Teruel; lavar y planchar ropa de culto y sencillos trabajos para fábrica de plásticos. De esta forma se sienten útiles y felices como nadie en la soledad de este histórico monasterio. -33-

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