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casas del pueblo y allí permanecieron hasta finalizar la guerra, acogi– das con mucho amor por las familias caspolinas. En abril de 1939, las religiosas que sobrevivieron a este magno suceso, regresaron a las ruinas de su amado monasterio. Allí tuvieron que habitar con mucha pobreza e incomodidad hasta el 1 de enero de 1953 en que pudieron pasar a una parte del monasterio reconstruido y a la iglesia. 3. Estado actual y vida del Monasterio En la calle Subida Monjas 5 de esta histórica ciudad de Caspe, las Clarisas Capuchinas continúan su vida contemplativa, fieles a la Regla de Santa Clara. Son una pequeña Comunidad de 6 Hermanas, cuya principal ocupación es la oración y la alabanza litúrgica al Señor. Corno lo exige la Iglesia y la Orden, las Capuchinas le dan mucha importancia a su Formación Permanente, estudiando en la Comunidad libros y documentos de espiritualidad, escuchando charlas por casetes, y asistiendo a los Cursillos que ofrece la Federación de Clarisas Capu– chinas. Dedican también una parte de su tiempo al trabajo manual: Elaboración de formas para las eucaristías, confección de prendas, bordados a mano, lavar y planchar ropas de iglesia o para familias... con lo cual perciben una remuneración necesaria para vivir. La iglesia del monasterio dedicada a la Virgen del Pilar se llena de gente en las misas del sábado y domingo, y las liturgias se hacen con esplendor. Desde hace unos años el monasterio ha dedicado una parte a "Casa de Espiritualidad", donde se acogen grupos, especialmente jóvenes, que quieren pasar en retiro y convivencia un fin de semana. Con bastante frecuencia llegan de las parroquias de Zaragoza estos grupos que animan su vida espiritual y reciben el testimonio de las religiosas. Es un bonito servicio eclesial. -118-