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La Madre Esperanza intentó recuperar el monasterio, pero tuvo que contentarse con la residencia del Capellán, que la acomodaron para instalarse en ella. A los pocos días de haberse reunido las religio– sas, el 25 de agosto de 1938, vistieron el santo hábito y se organizó la vida de Comunidad. El último domingo de octubre, día 28 de 1945, desalojado el con– vento de soldados y prisioneros, a pesar de que había grandes destro– zos en retablos, altares, imágenes, ornamentos etc..., se hizo la limpie– za y adecentamiento imprescindible para que las 17 religiosas capu– chinas volvieran a residir en las dependencias del monasterio. 3. Estado actual del Monasterio En la parte alta de Barbastro, en la calle San Miguel 22, allí siguen las Clarisas Capuchinas cantando las alabanzas al Señor. Des– pués de tantos avatares y de tres siglos de existencia es de admirar el trabajo de conservación realizado por la Comunidad. Las partes del monasterio habitadas por las religiosas están renovadas y acomoda– das para hacer una vida digna y humana según los tiempos. El con– vento es amplio y soleado, muy bien ventilado, edificado en lo alto de la ciudad, totalmente independiente y alejado de otras viviendas. Quienes tienen la suerte de visitarlo por dentro dicen que es un verda– dero sanatorio. Actualmente son 15 las hermanas que moran gozosas en este monasterio. En edad, la mayoría son ancianas, pero también hay algu– nas jóvenes. Mas todas se mantienen jóvenes porque viven con ilusión y esperanza su vida y vocación. En la parte económica viven de su propio trabajo, especialmente bordados y otros encargos que la gente de Barbastro y cercanías les lleva, porque saben que lo hacen con primor. En el aspecto espiritual, se mantienen vivas, atentas y abiertas a la renovación que la Iglesia desea para la Vida Consagrada según las exigencias de los signos de los tiempos. Estas hijas de Francisco y Clara de Asís, desde una vida retirada y silenciosa en el monasterio, son faros que orientan hacia el Reino de Dios a tantas almas desorien– tadas en medio de una sociedad de consumo. -113-

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