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Este santo Obispo, movido por el Espíritu, y después de haber consultado y obtenido el beneplácito de los ciudadanos y del Cabildo para esta fundación, tomó la resolución según el derecho. La comisión encargada de traer a las cuatro religiosas fundadoras partió de Barbastro el 23 de enero de 1670, y presentó las credenciales tanto al Sr. Obispo Don Fernando de Sada como a la Abadesa del Monasterio de Huesca. Las Capuchinas destinadas a la fundación de Barbastro fueron las siguientes: Gabriela de Lerma, natural de Tudela; María Angela Espo– rrín, natural de Huesca; María Francisca de Heredia, natural de Graus y María Bernarda de Vea, natural de Cascante. El 26 de enero de 1670 por la mañana, acompañadas por la noble– za desde el convento a la Catedral y ermita de Salas, las religiosas fun– dadoras se encaminaron hacia Barbastro. En el camino se detuvieron para hacer oración y despedirse de quienes les habían acompañado. Continuando su viaje fueron a hacer noche al Santuario de Nuestra Señora de El Pueyo, a donde llegaron el 28 de enero. Al día siguiente, el Sr. Obispo de Barbastro y su Cabildo subieron al Pueyo para darles la bienvenida y acordaron lo siguiente: - Que el dos de febrero se trasladaran en carruajes hasta el palacio episcopal de Barbastro. - Que en la capilla episcopal tomarían el hábito siete novicias, y que a la tarde se organizaría la procesión, a modo del Corpus, desde la catedral hasta el monasterio de capuchinas. Y así se hizo. A continuación de la procesión, numerosas personas entraron en el convento para ver las dependencias de las religiosas. El Obispo suspendió la clausura aquel día y los dos siguientes, para que los devotos les pudieran manifestar a las clarisas capuchinas su afecto. El primer convento El primer convento de Capuchinas en Barbastro se construyó sobre una casa y un huerto donados por Don Juan Hilario, racionero -108-

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