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rar qué lugar de predicación se les asignaba a los Capuchinos. En el acta se dice: "... se ajustaron todos, sin discrepar en cosa algu– na, que el dicho Padre fray Lorenzo de Magallón y sus compañeros entrasen a sus misiones por el valle de Cumanacoa, que cae a barlovento de esta ciudad y ocho a diez leguas la tierra adentro, tan desviado de los indios cumanagotes, donde asisten los Padres Franciscanos y todos aquellos países que, cayendo como caen por sotavento de esta ciudad, hay distan– cia de ella a la de Barcelona..."'. Por tanto, los capuchinos aragoneses no iban a establecer sus misiones entre los indios cumanagotes, que habitaban en la Provincia de Nueva Barcelona, como habían pensado al principio, sino entre las tribus que poblaban los Llanos de Cumaná, donde se accedía por el valle de Cumanacoa. Pronto se dio cuenta el P. Magallón de la inmensa tarea evange– lizadora que había por realizar, y así, al mismo tiempo que escribe al Consejo de Indias para informarle de su viaje y sus primeras impre– siones en la misión, solicita un envío de más religiosos capuchinos. Sin embargo, esta petición llega tarde, porque ya se había adelantado el Cabildo de Caracas, entusiasmado por el éxito del P. Carabantes, y en carta fechada el 22 de noviembre de 1657, pedía más religiosos para ayudar a dicho misionero para iniciar la conversión de los indios guayamonteses 9 • Parece que esta solicitud agradó a Felipe IV, ya que en poco tiempo se formó un grupo de seis capuchinos de la Provincia de Andalucía: Rodrigo de Granada, Eusebio de Sevilla, Pedro de Berja, Antonio de Antequera, Bartolomé de Pamplona y Nicolás de Rente– ría. Arribaron a Cumaná el 17 de julio de 1658 y fueron recibidos 8. A.G.I. (Archivo General de Indias), Santo domingo, 705. 9. ABAURRE VALENCIA, M., "El P. Magallón y las primeras Misiones de los Capuchinos aragoneses en Venezuela", en CUADERNOS DE ESTUDIOS BORJANOS XXI-XXII. -71-