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llón, apoyado por el nuncio y los Superiores de la Provincia de Ara– gón, y por otro lado el Consejo de Indias y el Comisario General de los franciscanos. Con una constancia propia del carácter aragonés, el P. Magallón llegó a presentar en diversas ocasiones hasta cinco "Memoriales" que el Consejo de Indias analizaba, discutía y votaba. En ellos expo– nía y agotaba mil razones para convencerles de la necesidad de regresar los Capuchinos a Venezuela. El Memorial al rey de 1655 fue el más decisivo y en él expone los siguientes puntos: l. Labor comenzada por los capuchinos en las tierras de los indios cumanagotes y de lo sucedido desde que regresaron a España. 2. Recordatorio de las obligaciones de la Corona con respecto a la evangelización de los gentiles que habiten en tierras perte– necientes a sus dominios. El deber evangelizador dimanaba, en primer lugar del com– promiso de "justicia, fidelidad y caridad" que los monarcas españoles habían contraído al aceptar en 1493 la donación pontificia en contrapartida de la evangelización, y, por otro lado, en virtud de la obediencia que le debían al Sumo Pontífi– ce, quien en la bula "Inter coetera" les preceptuaba el envío de misioneros a América. 3. Exposición de las ventajas que la incorporación de los territo– rios ocupados por los indios cumanagotes supondría para la Corona. El P. Magallón expone las ventajas políticas, y también las económicas, como por ejemplo: ..."hay muchas cosas que cul– tivadas y beneficiadas a muy poca costa podrían ser de gran– des intereses, por cuanto hay en ellas añil, achote, algodón, de que usan para tejidos y hamacas, y las mayores salinas que en todas las Indias se reconocen... maderas de tanta curiosidad y estima como el mejor ébano, de que hay doce especies exce– lentísimas y en tanta copia que no se podrían consumir. El segundo género es el del cacao, de que se pude hacer mucho

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