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No perduraron San Miguel Arcángel de Caripe (1717), San José de Guatatar (1728) y La Divina Pastora de Caripe (1733). Entre los años 1736 y 1760, las labores misioneras se extienden a la península de Paria y costa del Golfo Triste, regiones habitadas por parias y guaraúnos. Se fundan en esta época El Patrocinio de San José de Irapa (1736), San Juan Bautista de Soro (1736), San Carlos Borromeo de Amacuro (1738), Santa María Magadalena de Unare (1749), Santa Bárbara de Tipirín (1754) y El Salvador de Transfigu– ración de Acarigua, de efímera existencia (1749-1750). De 1760 a 1780 la actuación de los misioneros se centra particu– larmente en los indios guaraúnos que pueblan la región que va desde el Golfo Triste hasta el Orinoco y su delta. Fruto de estos años de trabajo son las siguientes fundaciones: Nuestra Señora del Rosario de Yaguaraparo (1760), San Judas Tadeo de Maturín (1760), Nuestra Señora de los Desamparados de Areocuar (1761), Nuestra Señora del Carmen de Aguasay 91766) y San Máximo de Aribí (1766) que desaparece en 1782. En la última etapa de la Misión, que abarca desde 1780 hasta 1810, los capuchinos de Cumaná crean, con una base aborigen de indios guaraúnos del Orinoco, Nuestra Señora de Guía de Uracoa (1784), San Serafín de Tabasca (1784), el Divino Pastor de Areo o Guarapiche (1786), San Rafael de Barrancas (1790) y Guaritica 91791 ); también se fundan Simara y Cojosanica, poblaciones de corta duración 19 • 19. CARROCERA, Buenventura de, "Misión de los Capuchinos en Cumaná", pp. XXXVII-XXXIX; MORON, Guillermo, "Historia de Venezuela", t.II, pp. 412-414. -28-

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