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11. FUNDACIÓN DE LA MISIÓN DECUMANÁ Los capuchinos aragoneses, que llevaban en su corazón el espíri– tu misionero de su fundador Francisco de Asís, sentían el vivo deseo de incorporarse a la obra evangelizadora de América. ¿Por qué llega– ron tan tarde a tomar parte en esta empresa evangelizadora? La gran oposición la encontraron en el Consejo de Indias. Las razones de este supremo organismo se reducían a dos. En primer lugar, que ya estaban señaladas las Ordenes religiosas que tenían el privilegio y en cierto modo la exclusiva de pasar a América, como eran los Franciscanos, Dominicos, Agustinos, Mercedarios y Jesui– tas. Y en segundo lugar, que los Capuchinos no tenían convento alguno en las Indas Occidentales, y esto era condición indispensable para poder ir allí". No obstante, la puerta se abrió gracias a Fr. Francisco de Pam– plona capuchino de la Provincia de Aragón, y amigo personal de Felipe IV, quien consiguió una real cédula el 10 de enero de 1647, autorizándole poder ir con cuatro religiosos más de su orden a evan– gelizar a los indios del Darién (Panamá). Más tarde, llegaron otros permisos. El uno de abril de 1650 se le concedía a Fr. Francisco de Pamplona poder embarcarse con tres religiosos, rumbo a la isla de Granada y dedicarse en ella a la evan– gelización de sus habitantes 9 • 8. CARROCERA, Buenaventura de, "El Consejo de Indias y las Misiones de los Capuchinos". en "Miscelánea", Melchor de Pobladura, II, Roma, 1964, p. 281. 9. La cédula va fechada el 1 abril de 1650. (Archivo General de Indias, Santo Domingo, 641 ). - 19-

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