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continuó su lucha por la libertad y los derechos humanos de los esclavos, hasta que cayó vencido. Las autoridades ordenaron su detención, ocurrida el 13 de enero de 1682. Estuvo preso en el Hospital de San Juan de Dios, pasando des– pués, por distintos conventos y encerrado como un criminal en for– talezas, pues tenían que con su predicación volviese a provocar nue– vos levantamientos. Se le formó un proceso y fue deportado a Espa– ña, siendo recluido en el convento de la ciudad de Cádiz y en otros, cuyas celdas hacían de calabozo a este defensor de los esclavos. En el Archivo General de Indias, en el legajo 527, se conserva el manuscrito de la obra escrita por el P. Francisco José de Jaca, que lleva este título: "Resolución sobre la libertad de los negros y sus originarios en el estado de paganos y después ya cristianos". Todos los esfuerzos, penas y alegrías de este celoso misionero capuchino, defensor de los negros, terminaron en el convento capu– chino de San Francisco, en la ciudad de Daroca, donde entregó su alma al único Señor de negros y blancos. También queremos anotar un último detalle del P. Francisco José de Jaca: Su obra literaria. El escritor Latasa, en su obra "Escri– tores Aragoneses" nombra al P. Francisco José de Jaca diciendo que dejó escrito: "Comentarium in cántica canticorum, continens gra– cias, et virtutes Sanctíssimae Virginis Mariae per etates allegoricas seu dies proecipuos ejusdem almae Virginis, misticis, ltteralibus inteligentiis moralibusque digestum. Ipsae Reginae Angelorum dicatae. Pars prima". La gran devoción que el capuchino profesaba a María Santísima la dejó recomendada en esta obra literaria, llegando a morir antes de escribir la segunda parte'. 4. ILDEFONSO DE CIAURRIZ, "La Orden Capuchina en Aragón", Zaragoza, ]945, p. 401. - 165-