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lo que pedía se imprimiese toda la obra, que presentaba en cuatro cuadernos. El Consejo de Indias se limitó a decir se consiguiesen de momento las licencias de impresión, tanto de la Orden como del Ordinario. Para ello el mismo Fray Victoriano indicó se remitiesen los originales al P. Lorenzo de Zaragoza, que conocía la lengua hablada por los indios de Cumaná por haber estado allí 14 años. El P. Lorenzo de Zaragoza dio su censura y aprobación el 31 de julio de 1725, tributando grandes alabanzas a dichos libros, a los que da el título de: "Pláticas de los misterios de nuestra santa fe para la conversión y educación de los indios chaimas, coacas y otras diver– sas naciones". Posteriormente, el 9 de julio de 1726, y desde Madrid, Fray Victoriano comunicaba al Consejo de Indias haber recibido ya parte de las licencias para la impresión de lo que él llama ahora sim– plemente "Doctrina Cristiana" 4 • Sin embargo, una obra tan meritoria y que suponía una valiosa contribución de los misioneros capuchinos de Cumaná en pro de la Lingüística Indígena Venezolana, parece que no llegó a imprimirse. Así lo expresa el investigador P. Buenaventura de Carrocera: "Estoy persuadido que ninguno de esos manuscritos ha llegado a imprimir– se. Por si acaso, he intentado dar con ellos en múltiples bibliotecas. Suponiendo más bien que esos originales se encontrarían en el Archivo General de Indias, he realizado investigaciones sin cuento a tal objeto, pero mi trabajo y esfuerzos en tal sentido han resultado fallidos"'. Lamentamos no poseer esta obra, pero en la historia de las Misiones Capuchinas de Cumaná, el P. Joaquín de Alquézar ha deja– do la huella de haber sido un excelente misionero y un especialista en la lengua chaima de los indios venezolanos. 4. Toda esta documentación referente a la impresión del libro del P. Joaquín de Alquézar se encuentra en AGI, "Santo Domingo", 643. 5. BUENAVENTURA DE CARROCERA, "Lingüística Indígena Venezolana y los Misioneros Capuchinos", Caracas, 1981, p. 79. - 158-