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XI. JOAQUÍN DE ALQUEZAR Alquézar, monumental villa de la provincia de Huesca, a 50 km. de la capital, está situada en el Somontano oscense, junto al río Vero. El paisaje adquiere grandiosidad con el feliz remate del castillo-cole– giata, ubicado en la cumbre. Es uno de los pueblos museo aragonés, como Sos del Rey Católico y como Albarracín. Las calles en cuesta conducen a su mejor monumento que es el castillo-colegiata. Los cañones y gargantas del río Vero son también otro gran monumento, obra de la naturaleza. En esta villa oscense nació en el siglo XVII el capuchino misio– nero P. Joaquín de Alquézar. No tenemos datos de los primeros años de su vida. Suponemos llegaría a conocer a los Capuchinos que, desde su convento situado en la ciudad de Huesca, recorrían toda la comarca anunciando el evangelio. Los Capuchinos consiguieron licencia para fundar dicho convento el 20 de junio de 1602, siendo Obispo de la Diócesis, D. Diego de Monreal, y General de la Orden, San Lorenzo de Brindis. El P. Ramón de Huesca, capuchino e ilustre historiador, nos dejó estos detalles del convento capuchino: "La Iglesia es pobre, pero muy aseada. A súplica de los Capuchinos se dedicó a San Orencio, Obispo de Aux, que siendo natural de esta ciudad, no tenía iglesia propia. El lienzo del altar mayor presenta la imagen del Santo Obispo, y las de los otros Santos, hijos de Huesca; y al padre San Francisco de rodillas, en ademán de orar y pedir por sus hijos. Venérase en esta iglesia una imagen de Nuestra Señora de exquisito pincel, en extremo agradable y majestuosa, con el título de Virgen de Clemencia... La trajo de Roma D. Pedro de Zayas, Canónigo de Montearagón, quien la dio al convento de Capuchi- -155-

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