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GJ CAPÍTULO II sacerdotes, dos para religiosas, y entre los dados a seglares un curso a profesores y maestros de laUnión del DivinoMaestro, otro a ingenieros y directivos del l. N. l. [Instituto Nacional de Industria] y empresas el curso a la A. C. N. [Acción Católica Nacional] de Propagandistas que precedió a la elección de Presidente. Además he intervenido en cuatro cursos abiertos de una semana de duración; he dado solo dos cursillos breves a la Acción Católica de Segovia con cinco actos diarios y otro también a representantes de Hermandades del Trabajo de Barcelona. Tambiénme ocupo del Boletín de Información 47 ". Cuando el P. Jaime llegó a La Granja el año pasado (agosto 1958) no tenía aún 33 años, recuérdese. Tiene que intervenir ante públicos selectos, a veces muy cualificados, y esto es un auténtico desafío. "No puedo disimular que echo de menos una formación universitaria y una cultura superior. Como por ahora por aquí apenas si hay biblioteca, mejor dicho, no la hay de ninguna manera, es posible que me dedique a ahondar en algunos temas que exigenmenos erudicióny a perfeccionar– me un poco en lenguas extranjeras en espera de poder realizar algún viaje, cuando estemos más y podamos disponer de tiempo. La verdad es que aquí no se puede venir con la esperanza de formarse, sino que hay que llegar formado" 48 • El P. Jaime no tiene ningún título académico -ni una simple licencia– tura- para hablar a grupos, en ocasiones muy selectos. Ni lo tendrá tampoco en Colombia, pese a que tendrá que hablar a Obispos sobre renovación en teología y pastoral. En un momento de desahogo escribe a su hermano P. Crisanto, abriéndole el corazón: "Si no estuviese ya en vísperas de cumplir treinta y ocho años, me encerraría en cualquier 47 Al Provincial P. Florencio de Artabia, La Granja, 22 septiembre 1959 48 Al Provincial P. Florencio de Artabia, La Granja, 18 julio 1958.

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