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PÓRTICO EN MEMORIA DE UN HERMANO QUE AMÓ A LA IGLESIA La muerte del P. Jaime Zudaire Huarte, que estaba en la providencia de Dios y bien lejos de nuestras previsiones, acaeció el día 1de octubre del afio 2004, y, como un rayo, produjo en hermanos y hermanas dolor y consternación. Al propio tiempo, levantó una oleada de afecto, elocuentemente manifestada en el funeral y en días sucesivos. Sin mandato de nadie, como hermano de fraternidad, he querido grabar su figura para el recuerdo en estas páginas. Lo hago como homenaje al hermano, y también como el que guarda en el arca un tesoro del patrimonio familiar. Estas páginas memoriales que narran la Vida y servicio del P. Jaime Zudaire, capuchino, sacerdote, apóstol. Las tres palabras, unidas al nombre, pienso que definen su vocación, espléndidaygenerosa. El P. Jaime, favorecido con unamente excepcio– nal, desplegó su vida en obediencia. La obediencia, al compás de sus días, le fue marcando un camino de muchas renuncias: nunca pudo desplegar científicamente sus enormes cualidades de hombre de estu– dios. Pero elmismo hilomisterioso de laobediencia-porque siempre fue "hijo de obediencia"- le brindó campos de apostolado para entregar su corazón al servicio de una gran causa: el Mundo Mejor y la Orden Franciscana Seglar. Una gran causa ensancha a sus medidas al hombre