BCCCAP00000000000000000001210

[4f) CAPÍTULO II luego obispo misionero de Pingliang, Kansu, y Andrés de Lizarza), en laProvincia eramirado con recelo... En el fondo, laactitud de este recelo, en el sentir de quienes así pensaban o sentían, era porque Lecároz, con todo su gran prestigio, no parecía ser el modelo de vida capuchina. Podía pensarse que era un colegio para gente pudiente, un colegio para ricos. En Lecároz seguiría llevando la revista de "Verdad y Caridad", sería ayudante del director espiritual y profesor del Colegio. Le costó mucho este destino. Después de dos años y medio se le escapó esta confidencia: "Solo Dios sabe lo que ello me ha costado" 33 • En principio el P. Jaime fue como ayudante del director espiritual titular, el santo varón P. Ildefonso Urquijo (1905-1997). Al final del primer año de estancia del P. Jaime (1954-1955), el P. Ildefonso renuncia a su cargo. "El Padre Rector ha tenido la amabilidad de comunicarme que el Padre Ildefonso ha presentado la renuncia a su cargo de director espiritual del Colegio.No quiero que, por haber estado yo a sus órdenes, haya ninguna dificultad por mi parte, ni se quiera tener ninguna cortesía conmigo, como si lo obligado fuese que el coadjutor pasase a ocupar el puesto" 34 • Un momento delicado: "simple profesor en este rincón baztanés" En sus tres años de Lecároz advertimos que hay un momento un tanto confuso que delata, ennuestra lectura, una ciertacrisis. El desencadenante fue la revista "Verdad y Caridad". El era el director y el P. Víctor de Urbiola (Juan Bautista Luquin), el administrador, y, simultáneamente, el confeccionador de esta revista popular que salía de los talleres sitos en el mismo convento de San Antonio de Pamplona. El P. Víctor, brazo de mar en el trabajo, "abrumado de trabajo y de trabajos" (según la 33 Al Provincial P. Ricardo de Lizaso, Lecároz, 7 enero 1957. 34 Al Provincial P. Ricardo de Lizaso, Lecároz, 14 julio 1955.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz