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DO CAPÍTIJLO I plan.muy bien ideado; veremos si sale algo. Yo estoy convencido de que si no se concibe como año de estudio y de programapleno, con cursillos, clases, ejercicios prácticos, etc., durante todo un año, con varios profe– sores, no se hará nunca nada; y para eso hay que buscar un Padre bien preparado y lleno de mucha ilusión que sepa enseñar a trabajar y hacer trabajar. De lo contrario ese año no será más que un aprendizaje de ociosidad" 23 . Valga esta cita porque, años más tarde, será requerido el P. Jaime como Director del Año de Pastoral. Curioso que el P. Jaime, que no dejó ningún apunte espiritual y que de cosas personales rompió casi todo, hubiese conservado, entre poqui– tas carta, ésta del P. Lázaro, que volveremos a citar. Ha terminado, pues, el Año de ElocuenciaGulio 1950), y cada uno va a empezar su nueva carrera, metido de plano en el ministerio sacerdotal. El P. Jaime escribe al Ministro provincial: "Aunque antes le dije, siguiendo el parecer de los médicos, algo de trasladarme a Jaca o a Urbasa para el verano, creo que mi enfermedad no merece tanto mimo; y como aquí estoy bienatendido y el climaesmuy sano, puedo quedarme aquí definitivamente, ¿ano ser que mi P. Guardián le indique otra cosa? Me he comprometido ya para algún sermón y quedo en la confianza de que pueda estar incondicionadamente al servicio del P. Guardián". Jaca, en el Pirineo aragonés, es una ciudad veraniega; allí los capuchinos teníamos un pequeño convento o residencia para el ministerio en la ciudad. Urbasa, la Sierra Urbasa, es un lugar privilegiado, en algunos aspectos único, de la geografía de Navarra, donde los capuchinos disfrutamos de una Casa para las vacaciones de verano" 24 • El P. Provincial aceptó la propuesta. 23 Carta del P. Lázaro [lríarte] de Aspurz al P. Jaime, Pamplona, 27 febrero 1950. Papeles personales; ahora Carpeta personal. 24 Carta del P. Jaime de Lezáun alMinistro Provincial, Ricardo de Lizaso, Estalla, 2 julio 1950.