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CAPÍTULO l Besa afectuosamente sus manos, humilde súbdito de V. R." 20 • Queda claro que la perspectiva de Ciencias y Profesor en Lecároz, seguro que para luengos años, no es de su agrado. Pero la más pura ascética, que ha aprendido y asimilado, le dice que, por encima de todo, la obediencia. Su querido hermano Pablo, un tiempo después, le escribía esta carta reveladora el 27 de septiembre de 1949: "Por medios indirectos y con más vueltas que una torcida de candil llegó a mis oídos la noticia de tu potencial destino: [pero] tu salud se halla algún tanto quebrantada. Esto no es para asustarse ni para desani– marse... - él moriría dos años después-. A mí me dices de pe a palo que tienes; yo no gusto de eufemismos y sé leer entre líneas. Ante todo, hay que levantar el corazón a Dios, y hay que ofrecer generosamente el dolor moral (físico me parece que en esta dolenciano se da) aNtro. Señor, pues bien sabemos que todo esto se ordena a nuestro bien, y que no está mal nos acordemos de que vivimos en cuerpos frágiles, para que se fortalez– ca más el espíritu. Me dices que te has alegrado de no ir al Colegio; parece que no te tira mucho la vida de profesor. Ese punto no seré yo quien se meta a discutirte. Dentro de la obediencia, en todas partes se puede servir a Dios, y es verdad que Jesús sabe atraer a su amor a las almas, lo mismo desde una retorta o una pila de condensación que desde los mohosos mamotretos de los filósofos. Tal vez el tiempo te haga cambiar algo de tus apreciaciones; pero, si eres de arraigadas convicciones, con ellas seguirás hasta que peines canas. De todas maneras, una cosame gustaría insinuarte: si deseas escribir algo que valga dos centavos, necesitas 2 º Carta del P. Jaime de Lezáun al Ministro Provincial, P. Ricardo de Lizaso, Pamplona, 2 de julio de 1949. Carpeta Personal.

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