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CAPÍTULO I Pamplona, ambos hombres de muy buena formación y de reconocido prestigio en la Provincia. Los aftos pujantes de Teología en Pamplona (1946-1949) La última floración de Fr. Jaime de Lezáun cara al sacerdocio la vamos a encontrar en los tres años finales de la carrera eclesiástica. Al pasar a Pamplona, fray Jaime va a cumplir 21 años. Su espíritu bulle en ansias de saber y de entrega. Desde Argentina le escribe su hermano Pablo: "Ese espíritu de noble emulación científica en academias es algo muy plausible y digno de todo encomio. No podemos los eclesiásticos quedar rezagados en ese esfuerzo que actualmente parece estar realizan– do España para ponerse a la par con los pueblos materialmente más progresistas" 7 • Y sigue la misma carta con este detalle interesante: "Conque ¿abandonaste la música? Es igual: si perdías el tiempo, vale más renunciar al arte". El P. Lázaro Iriarte, reciente profesor (1942) y ahora director del Colegio (1945-1948), había traído aires nuevos a una generación que parecía respirar con un deseo sincero de renovación y modernidad. Las Academias, puestas en marcha por el P. Lázaro, fueron el conglutinante de estas aspiraciones juveniles. El P. Lázaro y su discípulo Fr. Jaime se tuvieron mutuo aprecio y confianza, como luego podremos ver. En una larga epístola Jaime se había desahogado con su hermano Pablo, y éste le respondía: "Las noticias que me das sobre los colegios son para mí de mucho interés; veo que la Provincia crece sin cesar y es bendecida por Dios. En lo único que me parece no están todavía a la altura que les corresponde es en el aspecto científico. Por aquí son demasiadas las ocupaciones para escribir cosa que valga la pena. Todo 7 El P. Pablo de Eraul a FrayJaime de Lezáun, Colegio de Euskal-Etxea en Llavallol, 1Ojulio 1946. Papeles personales.