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[}aj CONCLUSIÓN estudiasen a santa Clara, a santa Isabel, a santa Coleta de Corbie, a la Venerable Lorenza Longo, iniciadora de las capuchinas; en fin, todo lo que tuviese un sabor franciscano. Estaba orgulloso, por ejemplo, de que el Papa beatificara, como lo ha hecho, a un seglar franciscano, Anacleto, periodista mexicano, modelo de apóstol seglar en la Orden Tercera Franciscana en tiempos de la persecución religiosa". El alma eclesial y franciscana del P. Jaime Acercándonos un poco más ahora al alma del P. Jaime podemos definir con algún detalle sus perfiles. El fondo de sutemperamento ha sido e/fervor y lapiedad. El P. Jaime era un hombre fervoroso y piadoso, y así lo fue hasta el final. Sin duda que aquí nos encontramos con un trasvase de herencia familiar. La familia navarra, esa que podría llamar la clásica y tradicional familia navarra, la que respetaba al Sr. Cura y al Maestro, era una familia en la fe y en la piedad popular sana de nuestros pueblos. Es una nota marcadísima del perfil del P. Jaime. De modo que el P. Jaime, desde siempre fue muy devoto de la Eucaristía y de la Virgen. Inteligencia preclara y memorión fabuloso, que, sin duda, en su combate interior le hizo templar las armas contra la vanidad. Porque el P. Jaime sabía de todo: de política, de sociología, de teología..., y si era necesario terciar en cuestiones de deporte, él sabía cómo andaba la Liga de Futbol. Era una enciclopedia ambulante. Si había que hablar del maíz en México, producto nacional, sabía las clases de maíz y hasta la forma de cultivo. Este enciclopedismo, en ocasiones, producía ciertamolestia entre los hermanos..., y fue motivo de algún chistecito y picardía sobre su persona. Era un corazón leal, que no albergaba venganza. Si alguna vez dejó escapar alguna queja dura contra algún superior, esto era en sencilla conversación familiar, sin mayor trascendencia, más bien, como con-
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